Joaquin Ramírez
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Sedapal – Planta de Huachipa

En diciembre de 2010, Sedapal inauguró una planta de tratamiento de agua en Huachipa. La obra fue presentada como una fuente de mejora al sistemas de abastecimiento de agua potable en Chosica, Lurigancho, San Juan de Miraflores, Comas, Carabayllo, Los Olivos, Puente Piedra, San Martin de Porres y el Callao. La planta debe captar 10 metros cúbicos de agua cruda por segundo, procesarla y almacenarla en cinco reservorios y distribuirla. La obra fue ejecutada por un consorcio conformado por la empresa brasilera, Camargo Correa y OTV, de Francia. El consorcio ganó la adjudicación en el 2008 y tuvo a su cargo la gestión y mantenimiento de la planta hasta el 2015.

La obra fue valorizada en US$ 304 millones y comprende en varias obras complementarias diseñadas para mejorar los sistemas de abastecimiento de agua potable y alcantarillado en Lima Norte y el Callao.

En setiembre de 2015 la planta pasó a ser administrada por Sedapal, que había tenido a su cargo la supervisión de la construcción y el mantenimiento de las obras bajo la administración del consorcio Camargo Correa – OTV.

En octubre de 2015 el programa Cuarto Poder denunció el mal estado en que se encontraba la bocatoma de la planta, ubicada en el río Rimac. Sobre la planta, la Contraloría ha sostenido que Sedapal firmó el contrato de obra fuera del plazo establecido, que OTV había sido admitida en el concurso como parte del consorcio sin haber estado inscrita en el Registro Nacional de Proveedores, que se había aprobado la construcción de un reservorio no incluido en las bases por S/ 21.64 millones y que había dejado de construirse 2 reservorios planeados originalmente. La Contraloría encontró además que Sedapal había recibido las obras sin confirmar la calidad del agua producida y en condiciones que luego se expresaron en la presencia de filtraciones en la estructura. La Contraloría denuncia también que la planta no puede procesar ni entregar agua hasta tres años después de su entrega, y sin embargo había sido recibida como concluida.

La Contraloría presentó estos defectos como causa de perjuicios al patrimonio del Estado por US$ 91 millones.

Ricardo Uceda, uno de los más importantes periodistas de investigación del medio, ha denunciado que la causa que impidió controlar el funcionamiento óptimo de la planta al momento de recibirla fue que para el año 2011 no se había ejecutado las obras complementarias que requería el proyecto (http://www.gatoencerrado.net/store/noticias/103/103410/detalle.htm). Las obras complementarias que harían posible la conexión del ramal principal de la planta con los usuarios suponía la modificación de 36 reservorios, la construcción de cuatro puntos adicionales de apoyo y 42 casetas de control y la instalación de 33.8 kilómetros de tuberías y 13.1 kilómetros de reboses. Las obras complementarias del proyecto fueron adjudicadas en el 2010 a Galvao Engenhaira, empresa que también está involucrada en los casos sobre corrupción que se investigan en Brasil. Pero las obras no concluyeron a tiempo. Uceda sostiene que un año después de la entrega de la planta de Huachipa las obras complementarias solo registraban un avance equivalente al 86% del total.

A fines de marzo del 2,017, El Ministerio Público abrió una investigación que comprende a aproximadamente 20 ejecutivos de Sedapal, pero el caso está concentrado en las circunstancias en que se construyó la planta y en las observaciones de la Contraloría.

En las Fiscalías peruanas aún no se ha abierto una investigación en forma que reciba la información producida en el Brasil con ocasión a los actos de corrupción dirigidos desde la matriz de de Camargo Correa. En Brasil Camargo Correa fue comprendida en una investigación sobre sobornos denominada “Castillos de Arena”, cuyas principales evidencias fueron desatadas por defectos formales en las incautaciones. En medios de prensa ha transcendido que entre las evidencias descartadas aparecerían rastros de sobornos pagados para este proyecto por Camargo Correa. Sin embargo ha trascendido en medios que entre los documentos hallados en ese caso, que serían solicitados por la Fiscalía, aparecerían referencias a quien fue jefe del Proyecto Mejoramiento Sanitario de las Áreas Marginales de Lima (Promesal), Umberto Olcese Ugarte, además de Hernán Garrido-Lecca, entonces Ministro de Vivienda; el ya fallecido vice ministro de Vivienda Juan Sarmiento y Guillermo León, entonces Presidente del Directorio de Sedapal.

El caso sobre las obras complementarias, aparentemente, aún no ha comenzado en el Perú. En el informe que ha sido citado líneas arriba Ricardo Uceda sostiene que el retraso en la ejecución de las obras adjudicadas a Galvao Enghenaria estuvo relacionado con una serie de controversias que condujeron a una serie de arbitrajes resueltos durante el gobierno del Presidente Ollanta Humala. Uceda, que reconoce no haber podido acceder a más información por resistencias de Sedapal, sugiere además que en el transcurso de estas disputas y acuerdos se cambió a más de un ejecutivo encargado de supervisar las obras.

Uceda encuentra que el apoderado de Galvao Engheneria en este periodo fue Marcos de Moura Wanderley, antes apoderado de Camargo Correa y pareja sentimental de Rocío Calderón, una de las personas más cercanas de la esposa del Presidente, Nadine Heredia.

Uceda comenta en el informe que las discrepancias entre Camargo Correa y Sedapal se resolvieron con la firma de una adenda al contrato a inicios de 2013 (Uceda no menciona la fecha de la adenda, febrero de 2013) “previa disolución del equipo técnico que hacía el seguimiento a la construcción de las obras complementarias” (Uceda no menciona a Nippon Koei como supervisor de la obra). Comenta que la Contraloría se habría opuesto a la firma de la adenda y que el ingeniero Rubén Enzián, que propio resolver el contrato, fue despedido y denunciado ante la fiscalía. Otros dos tacnicos (agrega Uceda) habría sido cambiados de ubicación por su posición sobre esta adenda.

Las circunstancias en que se firmó esta adenda no parecen estar actualmente bajo investigación en la fiscalía, que aparentemente se está concentrando actualmente en las circunstancias en que se firmó el acuerdo de construcción sobre la planta.

El reporte de Uceda menciona a JICA como fuente de financiamiento del contrato principal. Sin embargo Uceda reconoce no haber podido confirmar la relación entre este fondo y el financiamiento de las obras complementarias.